¿Cuando usar B/N?
El blanco y negro es sin duda un recurso muy utilizado que proporciona un toque elegante y atractivo para las fotografías. Sin embargo, este efecto no funciona realmente para todas las fotos, sobre todo si una de las propuestas de valor de tu obra son los colores que lograste capturar en ella. Sí, suena muy obvio, pero a veces, como fotógrafos, nos empecinamos en aplicar un determinado efecto a las fotografías que probablemente no es el adecuado una vez evaluando el resultado final.
A continuación te damos algunos tips para que esto no te pase y logres mejores resultados:
- Define qué es lo que quieres contar. Con base en esto tendrás más claro si lo mejor es conservar los colores o pasarlos a blanco y negro. Estos colores potencian la mirada del espectador. Hace que prestemos más atención a los detalles y es probable que la narrativa detrás de la imagen se entienda mejor. Potencia las emociones y solemniza la composición. Utilizar el B/N se ha vuelto también una salida oportuna para algunas fotografías desequilibradas. Si hay uniformidad de color en tu fotografía, es decir, si ningún color destaca por encima del otro y están todos dentro de la misma gama, no es necesario que utilices B/N, pues sería un desperdicio opacar esa estabilidad. Sin embargo, si no lo has logrado y el protagonismo de la imagen se lo lleva un elemento que no entra en la gama de colores, tu mejor salida es aplicar el B/N.
- Identifica las texturas. Si en tus manos tienes fotografías con texturas o superficies de tonos metálicos e iluminación dura, deberías considerar utilizar el B/N, ya que, además de que te permitirá bajar la intensidad de la luz, podrás darle un toque más refinado a esas texturas.
- Olvídate del color. Así es. Muchas veces nos complicamos la vida preocupados por los colores que logramos capturar y las repercusiones que traerán a la hora de editar, pero la fotografía no tiene por qué ser un dolor de cabeza. Sólo hay que dejar fluir nuestros ojos y colocar el lente donde sea preciso. A veces, preocuparnos por unos buenos disparos vuelve la labor tediosa y difícil de concretar. Y lo peor, nunca termina por gustarte. Por eso, si tienes el cuadro perfecto, ¿qué esperas para capturarlo?
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