Cuarentona en Cuarentena
El pasado 22 de mayo del 2020, Cultura Colectiva realizó una entrevista a Sandra Hernández, fotógrafa profesional mexico-canadiense, quien es parte de la gran familia X-Photographers de Fujifilm, la comunidad mundial de fotógrafos y embajadores de la marca japonesa.
Sandra, se dedica a la fotografía urbana y documental, le apasiona capturar paisajes y personajes con lo que se encuentra en las calles, esto la llevó a fundar “Observadores Urbanos”, una plataforma dedicada a mostrar las ciudades y sus historias mediante la fotografía, además su trabajo ha sido reconocido en distintas organizaciones de todo el mundo.
Ante el periodo de encierro por la pandemia COVID-19, tuvo que cambiar sus pasiones para dar un giro inesperado en su carrera al desarrollar un proyecto que la sacó de su zona de confort; Cuarentona en Cuarentena.
Experimenta con la creatividad
La gente, los diferentes tipos de arquitectura y todo lo que conforma una ciudad formaron una idea detallada en la vida cotidiana de Sandra, pero cuando empezó la cuarentena entendió que tenía que renovarse y trabajar con elementos que tuviera a la mano para poder dar un giro en su trabajo.
“Para mí, la fotografía es una actividad de salir a la calle, buscar historias, forma parte de mi vida cotidiana, pensé en hacer cosas más abstractas con elementos que tengo en mi casa. Nunca me sentí cómoda con la idea del autorretrato porque no lo había hecho nunca y me di cuenta que el encierro era la oportunidad para hacer cosas nuevas y diferentes. Yo pensaba que el autorretrato era un ejercicio más narcisista, tampoco pensaba que en mi vida podía encontrar situaciones súper interesantes”.
Inició el proyecto el 20 de marzo utilizando su cámara Fujifilm X-T3, no quiso dejar a nadie de lado por lo cual todas las descripciones de sus fotos las realizó en español, francés e inglés para así poder interactuar con las personas que siguen su trabajo.
“Pensé, esto me mantendrá creativa, voy a hacer algo nuevo, voy a experimentar con algo que nunca había hecho y de paso voy a experimentar con los juicios que tengo hacia el retrato para ver si es cierto o solo son prejuicios. Lo que escribo en mis fotos son prácticamente extractos de mi diario, un poco acomodados para dirigirlo a la gente, pero en realidad son cosas que voy escribiendo paralelamente. Las fotos iniciales tienen descripciones que tienen que ver con las actividades; llegar del súper, lavar ropa... Son actividades importantes porque me mantiene conectada a la tierra y a la vida real, sobre todo estando sola. Pero después, se volvió más introspectivo, empecé a enfocarme más en lo que yo sentía. Empecé a hablar más de lo que siento y reflexiono”.
La crítica y aceptación en los autorretratos
Con este proyecto Sandra conectó con su ser interior, logró esa introspección y reflexión en su propio hogar que la llevó a conocerse mejor, a aceptarse tanto personal como emocional. Nunca exploró el camino del autorretrato hasta que se aventuró logrando imágenes espectaculares.
“El hecho de mirarnos y analizarnos puede llevarte por la crítica, que puede ser un proceso como duro hacia nosotros mismos o la aceptación a nosotros mismos. A mí no me gusta compartir mi vida personal en mis redes sociales y yo sabía que con el autorretrato iba a meter a la gente a mi vida y a mi casa. Reconozco este proceso como autoaceptación, un proceso que ha sido muy padre, muy enriquecedor y revelador. Me siento cómoda usándome a mí misma como un experimento fotográfico que me ha traído muchas sorpresas y satisfacciones que no tenía previstas, que no eran parte del plan”.
El único límite que hubo a la hora de realizar esta serie fue el estado de ánimo de sus días, se permitió todo tipo de creatividad. Al final del día sus autorretratos muestran el reflejo de lo que siente y piensa cotidianamente.
“Intento ser lo más auténtica posible en el sentido de que voy a generar fotografías que tengan que ver con lo que siento y lo que digo. Al principio me concentré en narrar mi vida cotidiana y después, cuando la cosa se volvió un poquito más reflexiva sentí que necesitaba más recursos. En alguna ocasión vi una película y pensé "¿cómo nos verían estos ángeles?"Lo quise ilustrar y busqué unas alas. En otra ocasión, me angustiaba y yo misma me decía “es el fantasma de la incertidumbre” y lo anotaba en mi diario. Pensé “bueno voy a retratar un fantasma” y me cubrí con una sábana. Hay fotos que requieren un poco más de creatividad y hay fotos más sencillas, en una intención de ser fiel a lo que estoy viviendo”.
Monocromo
Además de ser un trabajo innovador principalmente en los autorretratos. Otro distintivo es el uso monocromático a la hora de capturar las actividades en cuarentena que realizaba la fotógrafa provocando una visión más personal y pacífica.
“Casi siempre mi trabajo a color se trata de los otros, entonces pensé que en esta ocasión, que quería que se tratara de mí, podía aprovechar para experimentar más con el blanco y negro. Me parece que el blanco y negro es mucho más personal, me parece que el blanco y negro se centra más en la persona y no en el ruido que puede provocar el color”.
Las rutinas y la cuarentena
Como todos, después de semanas de encierro la fotógrafa cambió totalmente su rutina que le ayudó a establecer un flujo constante de creatividad y así encontrar un modo de trabajo equilibrado.
“Al principio de la cuarentena yo sentí en encierro como un respiro, como unas vacaciones. Un momento para estar en mi casa, levantarme tarde y hacer lo que quería en el momento. Ese gusto me duró menos de una semana. Me di cuenta que no podía hacer eso, entre en un modo casi marcial, me intereso volverme súper productiva, con mi trabajo y casa. Después me di cuenta de que era demasiada exigencia, empecé a sentirme muy cansada, física y mentalmente. Hasta que entre a esta tercer etapa un poco más equilibrada, sigo con cierta disciplina pero también me permito pausar y respirar, reflexionar más, no nada más vivir en automático todos los días sino también aprovechar este encierro para hacer ciertas reflexiones, para replantear con esta serie si mi trabajo fotográfico cambiará; el street me sigue apasionado pero ahora empiezo a sentir un gusanito de querer hacer cosa nuevas”.
La serie se constituye de postales inmortalizadas de la cotidianidad momentánea de Sandra. Para su audiencia y seguidores resulta muy sencillo identificarse con ambas situaciones. El propio ejercicio de autoconocimiento de Sandra, logra trascender a sus propios espectadores a distancia.
“Yo pensaba hacer este proyecto para mí, me daba un poco de recelo mostrarlo. Al poco tiempo me invitaron a un grupo de fotógrafos street de todo el mundo en donde compartimos nuestras fotos de la cuarentena. Eso me animo a empezar a mostrar en este grupo, después de eso pensé en subirlo a mis redes para generar un diálogo con mis seguidores o quienes se topen con este trabajo. Lo pensé como un giro interesante dentro de mis redes, como un paréntesis de lo que siempre he hecho dentro de mi feed de Instagram y redes sociales”.
Algo que nunca esperó fue que el proyecto generará una comunidad muy agradecida y participativa, la cual aprecia la honestidad y belleza de su proyecto, llenándola de calor humano, aún en la soledad;
“Me ha traído grandes regalos y satisfacciones. La mirada de los otros y como lo interpretan otras personas ha sido un regalo para mí. He recibido mensajes de gente que me dice “me encantaría ser tu amiga”. Me topé con un Instagram live de dos chicas en Usuai Argentina donde escogieron hablar de mi serie y la interpretaron tan bonito que realmente ese es como un abrazo virtual. Leer a tanta gente que se identifica, no lo esperaba, han sido regalos inesperados. Para mí esto se ha convertido en una gran experiencia gracias a eso. Que bien se sienten estos abrazos a la distancia”.
Para terminar, la fotógrafa Sandra Hernández alienta a todos aquellos que quieren realizar un proyecto artístico en esta época y no han tenido la seguridad para hacerlo o no saben por dónde empezar;
“Busquen algo que realmente sea nuevo, que salgan de su zona de confort porque ahora están protegidos en la burbuja de su casa. Si nunca han escrito, que pónganse a escribir, si nunca han sacado fotos, inténtenlo. Hay un autodescubrimiento muy interesante cuando hacemos algo a lo que le teníamos miedo. Busquen ser lo más creativos posibles sin pensar en lo que va a opinar la demás gente. Incluso si no lo comparten, pero dedíquenle todo su corazón y su ánimo a ese proyecto porque suceda lo que suceda, aunque no lo compartan hay una recompensa muy grande al hacerlo. Cuarentona en Cuarentena cambió mi relación conmigo misma”.
Sigue la serie en la cuenta de Instagram @vita_flumen
*Todas las fotografías son cortesía del artista y pertenecen a la serie Cuarentona en Cuarentena.
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