Errores que se suelen cometer al hacer retratos
Muchas veces se habla de lo que debemos o podemos hacer a la hora de tomar fotos, pero pocas veces nos detenemos a pensar si lo que se hace es una buena praxis. En ese sentido el retrato, al ser la especialidad que más adeptos agrupa, no se salva de que de repente nos encontremos en un laberinto sin salida al referirnos a nuestras fotos al ser poco creativas. Nos encanta fotografiar a amigos y familiares o a todo aquel que se presta y que tiene algo que nos llama la atención, nos esforzamos para que las fotos gusten a los retratados pero también a nosotros mismos.
Luego observamos que nuestras fotos no se parecen ni nos gustan tanto como esos retratos que tenemos de referencia y que perseguimos, necesitamos un aprendizaje para pulir nuestra técnica, evitar errores que cometemos.
- No usar el lente correcto. Tendemos a pensar que el retrato es una especialidad clásica y ello requiere un equipo purista: medio formato y objetivo fijo. Nada más alejado de la realidad, un retrato es el medio para capturar el alma de una persona, y solo necesitas talento, y tu ojo, el equipo no es importante, la mayoría de las veces.
- No capturamos el entorno. En función del fondo tras el modelo, debemos cerrar o abrir el diafragma, abrir nos produce un fondo desenfocado muy bonito y destacamos el modelo, pero le aislamos de su entorno, si tenemos un zapatero en su taller o una chica con traje de fiesta ante un bello edificio clásico, deberíamos cerrar el diafragma para poder captar toda la escena, ya que el fondo aporta fuerza al conjunto de la foto.
- No conversar, y disparar sin detenerse. No te obsesiones con disparar sin parar, acabarás con 500 fotos iguales sin que te guste ninguna. Busca esa foto mágica con calma, en un retrato hay que conversar, hay que conocer al fotografiado, hay que hacer que se relaje y se muestre al 100%, en ese momento solo os bastará una foto para tener "la foto".
- La belleza está en el interior… La belleza es un factor importante en moda, publicidad y pero en retrato lo es más aún el gesto, la mirada, el carisma, lo que transmite la persona es más importante que la persona en sí. No hay que obsesionarse con buscar belleza para conseguir tener un buen modelo de retrato.
- Un retrato no sólo es de cara. Podemos encuadrar todo lo que deseemos, incluso el cuerpo entero. Debemos capturar el alma, pero ésta se encuentra por todas partes, no solo en la cara.
- Tu modelo no siempre tiene que ver a la cámara: Es uno de los vicios más extendidos, pedir constantemente que nos miren cuando hacemos fotos, pero esto no es necesario: una fantástica mirada puede estar dirigida al infinito, al suelo, puedes incluso hacer un gran retrato con el modelo teniendo los ojos cerrados. No limites la creatividad y tampoco estés diciendo al modelo lo que debe hacer, debe sentirse cómodo para darte la calidad que buscas, así que deja que mire donde desee.
- Cambia de Luz. No hagas todas tus fotos y sesiones con la misma luz, ya que quieres encontrar o marcar tu estilo propio; valora la versatilidad, que demuestres que te desenvuelves bien con todo tipo de luces. Además, debes adaptarte a cada modelo, a su profesión, edad, personalidad, etc. así que la luz será tu aliada para que cada persona tenga sus fotos personalizadas.
- Usa las texturas. Un retrato debe mostrar el alma, si no es moda ni publicidad, no alteres los rasgos. En la tendencia actual se suele eliminar la textura de la piel con herramientas tan aficionadas como el desenfoque gaussiano o el pluging de Photoshop. Un retrato debe mostrar la piel y su poro, aparte de sus marcas de expresión o arrugas.
- No las conviertas en otras personas. Tiene que ver con el anterior punto. Si no son fotos para publicidad, no uses el Photoshop para cambiar a las personas de manera radical.
10. Sé tu mismo y no copies. Si miras fotos que te gusten, que no sea para copiarlas, sino para inspirarte y asimilar esquemas de luces, encuadres, poses, etc. pero nunca copies ya que es la mejor forma de no evolucionar, de no conseguir un estilo propio, de no conseguir respeto por parte de los compañeros o colegas.
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