¿Por qué debemos amar la Fujifilm X100F?
¿Es posible tener una cámara súper retro y compacta pero que te dé la misma calidad que una cámara profesional? Fujifilm lo hace posible, incorpora un sistema súper avanzado en fotografía y además lo ensambla en un diseño totalmente compacto. Como si Wes Anderson la hubiera mandado a hacer.
Lo que este pequeño monstruo te ofrece es una pantalla LCD brillante de 3 pulgadas, un lente F2 de 23 mm. y un sensor X-Trans CMOS III de 23,6 mm x 15,6 mm (APS-C) con 24,3 millones de píxeles, sin filtro de paso bajo, dichoso de presumir del mejor rendimiento en la historia de la serie X.
Por otro lado, el motor de procesamiento de imagen de alta velocidad procesador X Pro con el que cuenta, es capaz de lograr una reproducción de color y una gradación de los tonos sorprendente tanto en fotografías como en vídeos con sensibilidad ISO y ruido bajo. Para ser más precisos, ofrece degradados suaves, negros profundos y bonitas texturas para crear imágenes en blanco y negro que superan por mucho el modo Monocromo anterior.
Su visor híbrido sigue siendo inconfundible y la estética de esta cámara no podría completarse sin su compacto lente Fujinon F2 de 23 mm. Otra de las ventajas de esta cámara es su eficacia de autoenfoque con una velocidad más acelerada no sólo en cuanto a puntos de enfoque sino también en el manejo y control, ya que ahora, tiene un joystick incorporado y se hace más fácil mover el punto de enfoque con comodidad y rapidez.
La X100F nos regala la armonía de una combinación entre lo retro, lo moderno y ergonómico. Y qué más podemos pedir si cuenta con la mejor calidad de imagen y velocidad de todas las generaciones. Ideal para aquellos fotógrafos que les gusta tener todo bajo control e ideal para para fotografía urbana, de reportaje y de viajes.
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