Cortar o no cortar, esa es la cuestión (retratos)
Al momento de hacer nuestra fotografía debemos cuidar el encuadre, y algunas veces en retratos nuestro sujeto no cabe dentro de nuestro encuadre y debemos cortar algo de su cuerpo para que nuestra foto gane en impacto. Cortar está bien, pero hay que saber a hacerlo bien. Porque no es lo mismo cortar por los tobillos que por la mitad del muslo.
Existen ciertas reglas básicas derivadas de lo que se ha comprobado que funciona y lo que no. También es cierto que, en ocasiones, la creatividad de uno mismo está por encima de cualquier regla. Eso sí, para ello tiene que haber una clara intención, un motivo para saltarse la regla. Si es por desconocimiento de la norma, ten por seguro que será demasiado evidente y no funcionará. Recuerda que antes de ser cubista, Picasso lograba cuadros extraordinarios y realistas.
Existen distintos tipos de planos fotográficos, algunos muy identificables, pues un retrato no es sólo un rostro, también puede ser de cuerpo entero o de medio cuerpo, etcétera. La regla básica en retratos es no cortar nunca por las articulaciones. Es como si de alguna forma le amputáramos un miembro al sujeto. Esa es la impresión a nivel inconsciente que nos provoca y por eso no suele funcionar.
Como orientación, revisa este esquema de por dónde queda bien cortar (morado) y por dónde no queda tan bien (amarillo). Las líneas de azul marcan dónde debemos tener cuidado.
Como vemos, las líneas amarillas son las que coinciden con dedos o articulaciones, también con las orejas (si vas a prescindir de una oreja, o de las dos, mejor que sea por completo, no un trozo).
Recuerda practicar mucho y los mejores lentes para retratos te ayudarán a encuadrar una gran foto.
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